- Xeyareum-Xun
- 31 ene 2020
- 1 Min. de lectura

** Cuando se tiene certeza de algo,
porque uno se ha unido a ese algo
y conoce su realidad, como la realidad
de la propia palma de la mano,
eso es tener certeza, pero aún así
hasta que no se una uno a la verdad,
la duda no desaparece, y todo es duda **
Noseké.
Me habló Bindo, que en unos de los lugares a donde llegó, estando envuelto en ese conflicto continuo que es la vida en la tierra mundana, esa a la que llaman Akende, reflexionaba sobre la razón de existir, y poco a poco se fue dando cuenta conforme avanzaba por el camino ancho, que esa comarca estaba ocupada por los contrarios a su forma de ser, sus enemigos, ya que aquí, era la cosa clara, sin medias tintas, o como dijeron hace muchos siglos: “o conmigo o contra mí”.
Así, él ocultó su personalidad e identidad y se adentro en la localidad que lo recibía. Si, estaba ahora andando, pues entró por un camino de tierra que llevaba hacia las tierras y campos del pueblo, y conforme pasaba por las calles hacia el centro, buscando las hospedería o albergue grande que ahí estaba, fue reconociendo que esas fuerzas contrarias eran del grupo que mandaba un conocido suyo, tan conocido que era un familiar cercano suyo.
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